Recientemente, la Contraloría General de la República publicó un ranking de 2,927 instituciones en relación con los índices de corrupción, en el que la Policía Nacional del Perú (PNP) ocupó el primer lugar con un puntaje alarmante. Sin embargo, es importante aclarar que este resultado no refleja la corrupción general de toda la institución, sino que está relacionado con una serie de proyectos de obras abandonadas, principalmente en el sector de infraestructura.
¿Qué causó el índice de corrupción?
La PNP figura en la primera posición debido a las contrataciones millonarias realizadas sin los procesos de licitación adecuados. Estas contrataciones estuvieron a cargo de altos oficiales, incluyendo Generales y Coroneles PNP, quienes fueron responsables de gestionar proyectos de mejoramiento y construcción de comisarías, unidades operativas y dependencias policiales a nivel nacional. Sin embargo, muchas de estas obras y proyectos han quedado abandonados o incompletos.
Contrataciones sin competencia y sin proceso
Una de las principales críticas es que estas contrataciones fueron realizadas sin competencia, sin los procesos de licitación públicos requeridos por ley, lo que llevó a la falta de transparencia y a la mala gestión de los recursos. Los montos millonarios involucrados superan los 9 mil millones de soles anuales, lo que representa una gran parte del presupuesto de la PNP. A pesar de esta inversión, muchas comisarías y unidades no han visto mejoras significativas.
La necesidad de una reestructuración
El uso inadecuado de los presupuestos y la falta de seguimiento adecuado a los proyectos han generado una seria preocupación dentro de la institución. Esto plantea la necesidad urgente de una reestructuración piramidal dentro de la PNP, donde el manejo de recursos sea más transparente y eficiente.
No generalizar: No toda la PNP está Involucrada
Es fundamental aclarar que el ranking de corrupción no debe ser utilizado para tildar a toda la Policía Nacional del Perú de corrupta. El problema radica en la mala gestión de ciertos oficiales que han manejado estos presupuestos millonarios sin los procesos legales correspondientes, pero no refleja la conducta general de los efectivos policiales que se esfuerzan día a día por servir a la ciudadanía con integridad.
Conclusión
El primer lugar de la PNP en el ranking de corrupción debe ser una llamada de atención para mejorar los procesos internos de contratación, la transparencia en el manejo de presupuestos y la supervisión de los proyectos. Si bien los recursos destinados a la PNP son esenciales para la modernización y mejora de la infraestructura policial, es necesario garantizar que estos se utilicen de manera eficiente y que se rindan cuentas adecuadas para evitar futuros escándalos de corrupción.