Policía rescata a niño huérfano que caminó 38 km en busca de su hermana tras escapar de maltratos

Un acto de valentía y esperanza se ha hecho viral en las últimas horas, luego de que «Abel», un niño de 11 años, natural de Cusco, decidiera huir de la situación de maltrato que vivía bajo el cuidado de una mujer desconocida. Abel, un niño huérfano de padre y madre, caminó 38 kilómetros por la carretera interoceánica con la firme intención de reencontrarse con su hermana, a quien no veía desde hace algún tiempo. El pequeño mostró una enorme determinación en su búsqueda, a pesar de las dificultades que tuvo que enfrentar durante su largo trayecto.

Escape de maltratos físicos

Abel había estado bajo el cuidado de una mujer que le prometió ayudarlo tras la muerte de sus padres. Sin embargo, la realidad fue muy distinta, ya que la mujer lo sometía a constantes abusos físicos. Después de soportar varios maltratos, Abel decidió que ya no podía seguir en esa situación y tomó la valiente decisión de escapar en busca de su hermana.

El niño, con solo una manta para cubrirse y unas ojotas, comenzó su largo viaje a pie. Durante su trayecto, enfrentó el frío, el hambre y la indiferencia de las personas que lo vieron sin prestarle ayuda. A pesar de ello, no abandonó su misión de encontrar a su hermana y escapar juntos de las agresiones que ambos sufrían.

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Rescate por parte de la Policía Nacional del Perú

Tras caminar durante horas, Abel finalmente fue encontrado por agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) en la zona de la carretera interoceánica. Los oficiales, al percatarse de la situación del niño, lo trasladaron inmediatamente a la comisaría de Ccatca, donde recibieron al pequeño con calor humano, apoyo moral y alimentos.

En ese momento, Abel pudo relatar su difícil situación a las autoridades. El niño, visiblemente afectado pero con una gran determinación, detalló las agresiones que había sufrido tanto él como su hermana a manos de la mujer que los había cuidado. Abel expresó su deseo de reunirse con su hermana «Paty» para poder escapar juntos de la violencia y encontrar un lugar más seguro para vivir.

Abel ahora está bajo protección

Una vez en la comisaría, Abel fue trasladado a una dependencia especializada en la atención de menores en Cusco, donde se le brindó el apoyo necesario para su recuperación emocional y física. Las autoridades locales están trabajando para dar con el paradero de su hermana, con la esperanza de lograr un reencuentro que permita a los niños vivir una vida tranquila y libre de maltratos.

La historia de Abel no solo ha conmocionado a la comunidad, sino que también ha sido un recordatorio de la fortaleza y la valentía que tienen los niños en situaciones de adversidad. A pesar de los abusos y las dificultades que enfrentó, Abel no perdió la esperanza y luchó por su libertad y la de su hermana.

Este caso resalta la importancia de la intervención de la Policía Nacional en situaciones de vulnerabilidad infantil, y también sirve como un llamado de atención para que más personas se sensibilicen ante situaciones de abuso y maltrato que muchos niños pueden estar viviendo en silencio.

Un futuro con esperanza

A medida que las autoridades continúan con la investigación y trabajan para reunir a Abel con su hermana, los dos niños tienen la posibilidad de comenzar una nueva etapa, lejos de la violencia y el sufrimiento que vivieron. Aunque su camino hacia la sanación será largo, la valentía de Abel y su amor por su hermana nos recuerda la importancia de proteger a los más vulnerables y brindarles la oportunidad de un futuro mejor.

💙 El sacrificio de un niño que busca un futuro mejor, lleno de esperanza y libertad.

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